martes, 3 de junio de 2008

Preguntar bien es evitar malos entendidos.

Dado que, como decía Heidegger, el lenguaje es “la casa del ser”, es de suma importancia conocer sus herramientas (la pregunta es una de ellas, “un juego del lenguaje”, diría el filósofo Ludwig Wittgenstein) y sus trampas (una pregunta o una respuesta mal formuladas pueden llevarnos a lugares indeseados). Tener la habilidad para preguntar y de formular preguntas permite ordenar nuestro pensamiento. El mal uso de la pregunta como discurso indirecto puede generar malentendidos y conflictos de todo tipo.

Por eso, la próxima vez que pregunte,,, pregunte bien, nadie por ahora puede leer su mente.

Millones vieron a la manzana caer, pero sólo Newton se preguntó por qué?

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